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Mostrando las entradas de marzo, 2006

De Vuelta.

Seh, otra vez me colgué, atropellado un poco por unas semanas de laburo tupido y muy social, mechadas con entrenamiento en TKD de combate fuerte (estoy lleno de moretones y dolorido mallll), ocio poco sano y por otro lado bastante fiaca al teclado. Es que después del perro y el paseador tuve que hacerme cargo de lo que escribo y forzosamente establecer una redistribución de las energías y los tiempos, en la cual el pobre "sí dos por favor" quedó relegado del top ten de actividades. Pero hoy al almuerzo, - mínimo almuerzo de 20 minutos que para despejar aprovecho y me despego, me meto solo en bistrocito elegante y sumerjo la vista, el intelecto y prácticamente el cuerpo en uno de los cuatro libros que trato de seguir siempre a la vez- me topé con un texto que leí hace tiempo y se me disparó entre ceja y ceja como un dardo . Procedo a transcribir, para volver luego con bríos renovados. Diez razones para escribir Roland Barthes Corriere Della Sera 1969 No siendo escribir una act

Está muy bien tratar de vivir de acuerdo con uno mismo.

Está muy bien. Pero no es ni tan fácil ni tan automático. La gente está unida a sus ideales o principios morales propios como quien pasea un perro dócil. Ahí uno ve que van juntos y con cierta armonía, pero nunca sabe a ciencia cierta quien marca el camino, si el perro o el paseador. Ante la crisis de autoridad fruto de la post modernidad tardía (La iglesia apesta, el gobierno es chorro, la policía mata, nadie me representa, nadie piensa como yo, no soy nada pero soy único aunque igual a todos. Y no sé qué carajo significa) fuimos muchos los que compramos el perro, adhiriendo de hecho a aquellos pensadores que encontraron validez en éticas y morales individuales, esas que conviven ufanamente sólo por el hecho de respetar la máxima capitalista de “mis derechos terminan donde comienzan los de los demás”. Y a primera vista parece algo bastante lógico y armonioso, una ciudad soleada donde cada uno pasea feliz con su bicho/ cúmulo de valores, luciendo el coso más o menos y diciendo o no lo