De Vuelta.
Seh, otra vez me colgué, atropellado un poco por unas semanas de laburo tupido y muy social, mechadas con entrenamiento en TKD de combate fuerte (estoy lleno de moretones y dolorido mallll), ocio poco sano y por otro lado bastante fiaca al teclado. Es que después del perro y el paseador tuve que hacerme cargo de lo que escribo y forzosamente establecer una redistribución de las energías y los tiempos, en la cual el pobre "sí dos por favor" quedó relegado del top ten de actividades. Pero hoy al almuerzo, - mínimo almuerzo de 20 minutos que para despejar aprovecho y me despego, me meto solo en bistrocito elegante y sumerjo la vista, el intelecto y prácticamente el cuerpo en uno de los cuatro libros que trato de seguir siempre a la vez- me topé con un texto que leí hace tiempo y se me disparó entre ceja y ceja como un dardo . Procedo a transcribir, para volver luego con bríos renovados. Diez razones para escribir Roland Barthes Corriere Della Sera 1969 No siendo escribir una act...