Tengo la puta costumbre de querer siempre corporizar lo virtual, y nunca quedarme contento con lo que tengo. Tocar lo que veo, sentir lo que toco, morder y romper lo que por ahí nunca debería haber tocado. Teñir el concepto de carne. Si una receta me gusta, la cocino y modifico; si un músico nuevo que me pasa alguien me parece interesante, me compro la discografía completa, o la consigo, o lo voy a ver. Exceso de entusiasmo, la abulia no me toca porque no la dejo, nunca me alcanza en el lugar en donde estoy. A veces me deprimo, y caigo en terribles pozos de los que salgo ciclotímico con saltos de pulga, las mesetas no son lo mío. Toco extremos, pero casi siempre me paso de la rosca y me voy al otro después. No me gusta quedarme quieto. Mientras vos vas, yo fui y vine aunque no entienda demasiado qué es lo que pasa acá y menos en la otra punta, pero me cuesta sentarme a esperar. Por eso nunca sería un gran teórico, por eso soy un buen productor. Me muevo a los tumbos, con pasos fuertes ...
Comentarios
Porque ese cinismo, y refinado como vos decís, que parece un análisis crudísimo de la realidad, a veces no es más que una forma de ocultar la realidad, de negarla. Es como querer tapar el sol con la mano.
Evidentemente hay algún tipo de sintonía, porque hacía muchísimo que no entraba acá, y cuando hoy decido entrar veo que posteaste después de mucho tiempo.
Cuidate, querete.
Preparate ante los comments, se me hace que este post va camino a convertirse en PUF!, la secuela.
Abrazo.
estoy de acuerdo. con vos, y con tomatiten-man !
Se me ocurre una relción entre la delgadez de la linea y la pureza de la ingenuidad...
Abrazo
:o)
yo quiero esa ingenuidad,
I F***ING NEED IT (and deserve it)
saludos buena onda :)