Uno ya lo tiene el cuento, todos lo repiten. De una u otra forma, es uno de los pocos axiomas irrefutables del ser humano: estamos hechos para reproducirnos. Para cualquier cultura, la reproducción de sus miembros como hecho colectivo es imprescindible en pos de la perpetuidad –dado el carácter finito de sus componentes- y la perpetuidad es siempre EL fin. Eso desde lo colectivo. Y nadie lo discute.
Desde la lógica del individuo, a través del tiempo y de una y mil formas se nos dice, se nos enseña y se nos convence de que la vida cambia su sentido de forma rotunda y casi mágica cuando a uno le nace un pibe. Ese momento tan importante, dicen deviene bisagra y convierte a los que lo han vivido en miembros de un Club diferente que habla un idioma que sólo los propios miembros puede entender cabalmente. Esa membresía nos la refriegan en la cara desde pendejos (“ya vas a entender cuando seas padre”) y lo siguen haciendo más crecidos (“boludo te cambia todo, las prioridades se invierten, ya no salgo-fumo-aspiro-reviento, bla bla”)… y aunque se quejan de algunas de las obligaciones del asociado, no conozco absolutamente a nadie que se haya arrepentido de formar parte del Club.
Y si bien el tema fue revisitado por todas las artes desde siempre, cito una referencia que me viene a la cabeza en este momento, uno de los diálogos a mi entender más lucidos de Perdidos en Tokio: Bill Murray cenital a derecha de cámara horizontal en la cama con Scarlett Johansson duraznito apetecible. Sólo se rozan con un dedo del pie, y en ese marco de delicada tensión el viejo hablando boludeces de las de en serio suelta: “El día que nace tu primer hijo es el día más terrible de tu vida. Porque sabés que lo que conocías como tal acaba de terminar para siempre, y es imposible recuperarlo… pero sin embargo, una vez que ese bebé que se moja empieza a crecer, te das cuenta de que es la persona más fascinante, cool y agradable que vas a conocer jamás.” O algo así. Pero esa era la idea. Y la idea también era ver una vez más como hasta la apoteosis de la coolidez modelo dos mil bienentendida (al menos por mí) que representa Sofía Coppola se prende de un concepto tan remanido y tan terrenal como ese. No hay debate, sino consenso absoluto: todo el tiempo, todo el tiempo TODO, todos están de acuerdo en esa decisión de convertir eso que es perpetuar el propio ADN en una redención del alma, en un Sino, cénit de la existencia.
Y ese tema, estimados no lectores tras un año de ausencia en este espacio, es el que me tiene yirando la cabeza un poco, sin llevarme a ninguna conclusión. Todo bien con lo Puto, ya pasó a los veintiuno el momento de descubrirlo, de hacer el duelo correspondiente a la etapa, de investigarlo y de aceptarlo. De ahí en más vino el tiempo de abrazarlo, de garcharlo en bocha de formas, lugares y de tipos más o menos parecidos, el tiempo de festejarlo. Desde los veinticuatro y con Matías, el momento de aprender a armar un protocolo de pareja ad-hoc sin acovacharnos en el simplismo de encastrar el modelo hétero en un formato menos anatómico… Y ahora con poco menos de treinta me intriga esta etapa de ir tomando real conciencia de saberme fuera del Club; así que voy husmeando tratando de encontrar por otro lado algo que le dé algún tipo de continuidad -cuándo no- a esto. Es que vamos, me niego a vivir de acá en más repitiendo un loop de los últimos siete años, como creo haber visto a tantos. Y supongo que a fuerza de búsqueda se termina encontrando algo... ya veremos qué dado rueda para avanzar al siguiente casillero.
Comentarios
Cuando quieras hacer de Tío te presto a mi pequeño, gustoso.
Y no está mal estar fuera del club.
Es una falacia que las mayorías no se equivocan.
Dale, te mandamos de adelantado en viaje de reconocimiento. Cuando llegues, has una fogata muy grande y te alcanzamos.
Abrazo grande.
Y si... los que tienen / tuvieron / van a tener cria se creen que estan dentro de un "Club" y de alguna forma creo que ese "Club" es lo único que les queda para sentirse especiales dentro de las obligaciones que se le crean con un crio. Por mi todo bien, excepto quizás cuando los miembros del Club creen ser más importantes, de más valor, etc. pues tienen un crio ahí realmente me rebelo pues una cria no da privilegio sino obligaciones.
Encantado de volverte a leer.
Selden Rose
[nefastO]
Asíque relajá, y que entrar al club no sea por recomendación, sino por elección propia.
Lo espero y lo veo en la vuelta..
puedo hacer lo meeeesmo??
puedo cruzar a tu vereda??
jejeje...
q fue ese impassssss=??
abrazo chabon!!
I'm collecting numbers from various languages.
I politely ask you send me numbers from 1-10 in your language.
Thank you.Än tilt wofeni woka
weq arälemba hesta
hellasano sellä hest
demoka rwiqelso än.
En definitiva podrías elaborar tal vez un pacto outsider con alguna lesbiana y sacarse las ganas juntos.
Como sexo lo tienen más facil las mujeres que solo necesitan de nosotros una contribución menor.
Más allá de eso y te lo digo por experiencia es fantástico desear ser padre y realizarlo.
Suerte con tu búsqueda