Y
Y es la extraña sensación de que por un momento -sólo por un momento- el país estuvo a punto de, casi al borde de arrebatarle el mango de la sartén a quienes lo sustuvieron históricamente. De mal modo, eh. Por las malas, con toda la furia y prepotencia del que sevillana nueva arrebata en plan euforia sin medir consecuencias. Y sin saber del todo qué iba a hacer con él.
Y es también la tristeza e impotencia de saber que los cambios drásticos no son para estos pagos y la certeza de que las dialécticas existen, y son inexpugnables. Que al que la pisa no se la saca así como así, gambeta y caño.
Y que me voy a quedar con ganas de saber qué hubiese pasado si, cómo se habría roto y cómo se habría rearmado luego. Porque en conjunto somos Argentinos, incorregibles y contradictorios.
Y conservadores. Muy conservas. Y ante la angustia de la duda, Palermo siempre nos tira para el lado del olvido.
Y es también la tristeza e impotencia de saber que los cambios drásticos no son para estos pagos y la certeza de que las dialécticas existen, y son inexpugnables. Que al que la pisa no se la saca así como así, gambeta y caño.
Y que me voy a quedar con ganas de saber qué hubiese pasado si, cómo se habría roto y cómo se habría rearmado luego. Porque en conjunto somos Argentinos, incorregibles y contradictorios.
Y conservadores. Muy conservas. Y ante la angustia de la duda, Palermo siempre nos tira para el lado del olvido.
Comentarios
Si dijo "Que la historia me juzgue" y "Pido perdón si me equivoco" es porque no estaba seguro de estar haciendo algo bien. Y si no estaba seguro de que su propia decisión era la correcta, por qué no se ajustó a la orden que tenía (o sea, aceptar la orden de su jefa)?
Porque evidentemente Cobos no estaba seguro de que su voto fuera el correcto. Si lo hubiera estado, yo chito, me callo la boca y lo respeto.
Pero no estaba seguro, y entonces recurrió al libertinaje.
A Cobos no lo entiendo.
A todos los demás sí, porque uno primero es argentino, y por eso mismo nos dedicamos a oler nuestros propios soretes con devoción.
Y no sabía si llamarse a obediencia era o no un acto de grandeza... de ahí su vacilación. Y entre que le festejaran los K de la plaza con chori y vino de cartón, eligió que le festejen los de Callao y Santa Fe, mucho mejor catering.
beso