Que no nos binaricen. Somos más complejos.

Sí, otro post político: escribir en las redes es una de las formas que el sistema nos da y nos permite llegar a quienes nos conocen y quieren leernos, así que -para mí al menos- no es menor. Además de usarlas para jugar a seducir torpe, para mostrar orgulloso momentos que vivo, compartir giladas que me causan gracia, o contar eventos y noticias de mi vida laboral me importa que sepan qué pienso.
Hoy más que otras veces sensibilizado y movido por la realidad argenta, comparto un pensamiento simple que para algunos puede ser básico, infantil o banal. Para otros tibio y para otros, aburrido. Alguien estará de acuerdo:
Resulta que tenemos un sistema, imperfecto y manipulado, pero nuestro y construido con sangre y laburo por muchas generaciones.
Resulta que mucha gente votó a quienes nos gobiernan hoy.
Y son nuestro gobierno legítimo.
Resulta que a través y por causa de este gobierno legítimo están pasando muchas cosas muy tremendas que hace mucho no pasaban y las vemos todos. Más o menos deformadas por las miradas de otros, más o menos en carne propia: están quienes las obvian, y quienes las relativizan. Otros las oponen al espejo de otras cosas tremendas distintas que pasaron años atrás, como si eso impidiera cuestionarlas. Otros las maximizan, como si nunca hubiera pasado nada malo antes. En fin: cada uno sabe posta cómo le pega, y qué es lo que hace con eso. Nadie está exento, pero este no es el tema.
Creo que la respuesta de quienes no avalamos esas cosas tremendas, y queremos que no pasen más... NUNCA debe ser la violencia, pero tampoco el silencio manso.
No tenemos que dejar que nos binaricen en nuestra reacción.
A los cínicos, aburridos y descreidos: hay que sentar posición desde lo que sienten, y puedan argumentar desde la razón. No se callen más la boca. Banquen lo que defienden. A los ya comprometidos y preocupados: a ser más inteligentes. Si no aparece un camino lógico, el camino es seguir buscando. Haciendo y laburando el disenso desde donde cada uno opera a tope, y buscando más. Ser inquietos, curiosos, atentos y solidarios pero sin dar excusas para que la violencia avance en escalada ridícula: siempre termina ganando quien más poder tenga, y con mucho dolor.
Romper todo, sólo beneficia a quienes flotan blindados por sobre las cabezas de los vulnerables. Callarse o quedarse totalmente quieto, nos hace avales de lo que aceptamos.

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