me cuesta acostarme
Cómo me cuesta esto de estar acostado. No voy siquiera un día entero de reposo y ya me parece insoportable, ya me estoy volviendo insoportable. Casi que siento culpa por la gente que de verdad se tiene que quedar postrada por cosas serias… Pero bueno, es mi neurosis, es mi garganta la que duele groso y emite gruñidos en lugar de voz, y son mis fuckin’ mocos los que llenan el balde que primorosamente Mati dejó al costado de su cama, el lecho de agonía que acoge mi influenza.
Así que acá estoy, por orden del puto médico que me condenó al ostracismo por tres días sin siquiera medicarme. El me decía ¨semana de reposo¨, yo le pedía ¨drogame¨. Semana de reposo - drogame, semana de reposo - drogame… Cerramos en tres días y unas nebulizaciones con unas ampollas que terminé descubriendo contienen solamente agua con sal. Pero bueno, hace vapor, hace ruido y me lleva un poco a cuando era pendejo y era mi vieja la que me nebulizaba… eh, un momento! Tampoco ese es un recuerdo muy feliz: ya a esa edad me costaba banda eso del reposo. Todo lo buen niño prodigio y educado que yo podía ser, desaparecía dejando lugar a un monstruito hirviente, sediento de actividad en medio de su delirio febril. Pobre mi vieja, hacía lo que podía. Inventábamos naves espaciales en la cama, máquinas del tiempo, juegos con rompecabezas y si el dolor de cabeza me lo permitía, libracos e historietas de los pitufos. Pero seguía siendo el peor de los castigos el no poder salir. Me gustaba la calle, me gusta. Me siento encerrado. Lo habré heredado de mi viejo? Quiero salir, quiero que se me quite esto de escupir mocos amarillos cada dos segundos. No me siento nada sexy.
Mi viejo, personaje extraño, creo que fue quien me contagió esa mania de asociar la felicidad con el afuera, con los viajes, con la noche y el bar de la esquina. No importaba la hora, siempre había un buen motivo para darle una vuelta más al perro y tomar un café (y una lágrima para mí) en Díaz Vélez y Medrano, o en Corrientes y Salguero, el que estuviera abierto, el que quedara para el lado que caminábamos. O que me enseñaba que los mejores momentos se vivían de noche, y no en casa. Lo más de lo más: ir a Corrientes a ¨pasear por las luces¨, entrar en la librería esa que cerraba a las dos de la mañana, quedarse horas eligiendo en la sección infantil y al final decidirse por uno… y terminar la noche en costanera mirando el amanecer. Y tenía 6 años eh, nada mal empezar mis primeras veladas tan pendejo. Uf, no era mi intención ponerme a hablar de mis viejos, pero se ve que esto de estar inválido atado a un colchón te lleva irremediablemente para ese lado.
Hoy trabajé igual desde la cama, lo mínimo, lo necesario para que los platitos de malabarista chino sigan dando vueltas sobre las varillas sin caerse. Lo bueno es que con la voz de Capone que me salía por el tubo, no tuve mucha oposición en mis sentencias. Además, exhudo malhumor, no soy quien piensan que soy y definitivamente no querrían tenerme del otro lado del tubo. Exhudo malhumor, exhudo impaciencia y exhudo y exhudo. Mierda, no me banco esto de transpirar tanto… yo que me jacto siempre de ser de plástico (no necesito dormir, como cuando quiero y como quiero, no transpiro, trabajo mil horas, entreno casi todos los días y estoy siempre listo para sexo y absolutamente dispuesto a una copa más antes de volver a casa), voy encontrando la horma de mi zapato mientras me dicen: bueno, en realidad sos de cera, y por cierto... estamos en el horno.
Y Matías es un capo. Es un capo porque me acompañó a la clínica esta mañana que me desperté de sofoco (mientras soñaba que un enjambre de víboras me tapaba la cara metíendose por mis narinas, boca y orejas), me compró el nebulizador, me cedió su cama, su casa, me puso el balde escupidera, me hizo té, sopa, sandwiches, bajó a comprarme sprite zero natural, me presta su compu (en la que escribo ahora acostado en la cama relojeando el partido de Gaudio) y me alcanza el teléfono cuando suena. Ahora le di un rato de franco y lo mandé al gimnasio, para que se mantenga lindo y firme, como corresponde, no sea cosa de que se me ablande por hacer de enfermero. Me copa así durito y armado.
Y sí, bienvenidos, en realidad soy un monstruo y estar acostado saca lo peor de mí. Me voy a hacer más nebulizaciones, a ver si me olvido un rato de esta condena absurda, de este castigo inmerecido. Gripe, es la última vez en mi vida que te quiero ver. Odio cuando mi cuerpo toma decisiones sin consultarme.
Así que acá estoy, por orden del puto médico que me condenó al ostracismo por tres días sin siquiera medicarme. El me decía ¨semana de reposo¨, yo le pedía ¨drogame¨. Semana de reposo - drogame, semana de reposo - drogame… Cerramos en tres días y unas nebulizaciones con unas ampollas que terminé descubriendo contienen solamente agua con sal. Pero bueno, hace vapor, hace ruido y me lleva un poco a cuando era pendejo y era mi vieja la que me nebulizaba… eh, un momento! Tampoco ese es un recuerdo muy feliz: ya a esa edad me costaba banda eso del reposo. Todo lo buen niño prodigio y educado que yo podía ser, desaparecía dejando lugar a un monstruito hirviente, sediento de actividad en medio de su delirio febril. Pobre mi vieja, hacía lo que podía. Inventábamos naves espaciales en la cama, máquinas del tiempo, juegos con rompecabezas y si el dolor de cabeza me lo permitía, libracos e historietas de los pitufos. Pero seguía siendo el peor de los castigos el no poder salir. Me gustaba la calle, me gusta. Me siento encerrado. Lo habré heredado de mi viejo? Quiero salir, quiero que se me quite esto de escupir mocos amarillos cada dos segundos. No me siento nada sexy.
Mi viejo, personaje extraño, creo que fue quien me contagió esa mania de asociar la felicidad con el afuera, con los viajes, con la noche y el bar de la esquina. No importaba la hora, siempre había un buen motivo para darle una vuelta más al perro y tomar un café (y una lágrima para mí) en Díaz Vélez y Medrano, o en Corrientes y Salguero, el que estuviera abierto, el que quedara para el lado que caminábamos. O que me enseñaba que los mejores momentos se vivían de noche, y no en casa. Lo más de lo más: ir a Corrientes a ¨pasear por las luces¨, entrar en la librería esa que cerraba a las dos de la mañana, quedarse horas eligiendo en la sección infantil y al final decidirse por uno… y terminar la noche en costanera mirando el amanecer. Y tenía 6 años eh, nada mal empezar mis primeras veladas tan pendejo. Uf, no era mi intención ponerme a hablar de mis viejos, pero se ve que esto de estar inválido atado a un colchón te lleva irremediablemente para ese lado.
Hoy trabajé igual desde la cama, lo mínimo, lo necesario para que los platitos de malabarista chino sigan dando vueltas sobre las varillas sin caerse. Lo bueno es que con la voz de Capone que me salía por el tubo, no tuve mucha oposición en mis sentencias. Además, exhudo malhumor, no soy quien piensan que soy y definitivamente no querrían tenerme del otro lado del tubo. Exhudo malhumor, exhudo impaciencia y exhudo y exhudo. Mierda, no me banco esto de transpirar tanto… yo que me jacto siempre de ser de plástico (no necesito dormir, como cuando quiero y como quiero, no transpiro, trabajo mil horas, entreno casi todos los días y estoy siempre listo para sexo y absolutamente dispuesto a una copa más antes de volver a casa), voy encontrando la horma de mi zapato mientras me dicen: bueno, en realidad sos de cera, y por cierto... estamos en el horno.
Y Matías es un capo. Es un capo porque me acompañó a la clínica esta mañana que me desperté de sofoco (mientras soñaba que un enjambre de víboras me tapaba la cara metíendose por mis narinas, boca y orejas), me compró el nebulizador, me cedió su cama, su casa, me puso el balde escupidera, me hizo té, sopa, sandwiches, bajó a comprarme sprite zero natural, me presta su compu (en la que escribo ahora acostado en la cama relojeando el partido de Gaudio) y me alcanza el teléfono cuando suena. Ahora le di un rato de franco y lo mandé al gimnasio, para que se mantenga lindo y firme, como corresponde, no sea cosa de que se me ablande por hacer de enfermero. Me copa así durito y armado.
Y sí, bienvenidos, en realidad soy un monstruo y estar acostado saca lo peor de mí. Me voy a hacer más nebulizaciones, a ver si me olvido un rato de esta condena absurda, de este castigo inmerecido. Gripe, es la última vez en mi vida que te quiero ver. Odio cuando mi cuerpo toma decisiones sin consultarme.
Comentarios
Besos!
Y bueno nen. A mi me funcionaba el vicks vaporub en el vaporizador, (no en el humidificador) se derretía en un espacio que había para eso y me destapaba los bronquios.
...Y mientras en Las Violetas, lejos de la Clínica Ingercher, Martías se desahoga con la pobre mesera que le trae otro café.
-Y decí que soy un mal tipo, un egoista, pero hasta le cedí mi cama,le cociné le preparé un termo con té y mucho limón, pero no quiero regresar, no quiero regresar...
La mesera se apiada de Mati.
-Acá al lado están dando Memorias de una Geisha.
-Es buena?
-Es un espanto, pero dura tres horas y con aire acondicionado agarrás una siesta y con suerte para cuando volvás a casa ya el enfermo estará inconciente.
-Gracias.
-y tomá, te las regalo, son Tylenol P.M., sin qu se de cuenta las pulverizás y las echás en la Sprite Cero. Lo vas a noquear hasta maniana.
Matías le dio una buena propina a Conchita, la mesera de Villa Urquiza y se fue cantando alegremente algo de Wings de Paul McCartney.
_
quiero ponerme bien! ya adelgaze como 3 kilos... o sea soy oficialmente un escarbadiente..
no tengo control sobre lo que como, trago todo el día, y cuando estoy enfermo como aún más.
nunca entreno, soy la pereza andante.
soy tan infeliz que mi vida siempre va a -20.
y estoy hecho un lechón.
los odio a todos.
bueno lo del sexo como que sí es algo tipo tú pablito.
vengo del blop de pato y las mismas acusapupis! Es la ULTIMA vez que les convido mis preciados dulces.
Un consejo, transpira todo lo que puedas de golpe, a mi ese remedio medio bestia siempre me funciona en la gripe, sudar a lo bestia, dormir y me despierto como nuevo!.
Fefone
Yo toy bien.. tengo una muela rota.. no me puedo quedar en casa mientras mi dentista vuelve de donde putas se haya ido=???
Komo sea, que te mejores..
BTW: el sexo post enfermedad esta barabaro!
Salu2..Tin
Espero que te mejores pronto!